Deadpool ha conseguido desbancar en taquilla al resto de películas de superhéroes con 700 millones de dólares y un presupuesto inicial de 58 millones, convirtiéndose además en la más rentable para Marvel.
Pero ¿qué tiene de especial para haber amasado tanto éxito? Deadpool. Este superhéroe que en el cómic se caracteriza por ser un personaje sarcástico, irreverente, canalla etc… es el protagonista perfecto para esta película. Durante los últimos años los superhéroes han mandado en la gran pantalla, hemos tenido una media de dos o tres películas de este género al año, todas con el mismo esquema de guion y el mismo arquetipo de personaje (con alguna excepción como Batman de Nolan, o Guardianes de la Galaxia). La introducción de un personaje de estas características le viene de perlas a un género por lo general sobreexplotado.
¿Que nos queda si quitamos a Deadpool? Otra película del montón con un guion repetitivo y una historia de amor innecesaria. En todo momento sabes cómo va a acabar la película, incluso antes de ir a verla puedes adivinar el esquema de su guion.
Como ya podéis imaginar, Deadpool no es una película perfecta ni mucho menos, a excepción de algún chiste acertado se tiende a usar el chascarrillo fácil durante casi toda la película, lo cual a ratos llega a cansar. La capacidad que tiene la película de reírse de ella misma y de los clichés de las películas de superhéroes es una de sus grandes bazas, que por desgracia utiliza en contadas ocasiones.
Uno de los aspectos más característicos del personaje en el cómic es su conocimiento de que no es real, que solo es un personaje dentro de una ficción diseñada y dibujada por alguien, llegando en ocasiones incluso a dirigirse al dibujante y obligándole a cambiar el rumbo de la historia porque esta no le agradaba. En la película se hace un uso bastante austero de la rotura de la cuarta pared, solamente utilizada en dos o tres ocasiones y de una forma anecdótica.
Parece una película realizada con miedo a salirse de los estándares preestablecidos, siendo en estas ocasiones precisamente donde brilla con luz propia.
