Ser o no ser de Ernst Lubitsch creada en 1942, es uno de los ejemplos de sátiras mordaces hacia Hitler. Se trata de un autor europeo emigrado a EEUU, que se burla de Hitler. El proceso de producción tiene lugar cuando EEUU aún no ha entrado en la guerra, aunque el estreno tiene lugar justo después, lo que influye en la manera de ser interpretada por el público. El guión es de Edwin Justus Mayer, siendo una de las mayores aportaciones de la película. Es una de las grandes comedias del cine, aunque en su día no fue apreciada, necesitará del paso del tiempo para ser valorada.
Pasa de una primera comedia que ironiza sacando una sonrisa al público, a un drama al empezar la guerra, siendo un guión audaz. Se trata de una compañía de cómicos de Varsovia, que llega a engañar a las propias tropas del Führer. Los diálogos son frescos y vivaces, con una gran audacia al sacar una sonrisa de la cuestión dramática que supone la invasión de Polonia por parte de Hitler. El humor es muy moderno y ácido, contrasta los problemas y las frivolidades de los actores, con la situación que se vive socialmente.
Es importante el paralelo que se hace con las obras de Shakespeare. Haciendo unos ritmos semejantes a estas obras, se mueve hábilmente al igual que el autor inglés, entre el drama y la comedia. La importancia en esos personajes secundarios, como puede ser la asistenta de la actriz, también se ve en Shakespeare.
También hay que tener en cuenta que la productora y distribuidora es United Artist, como en El gran dictador, abogando por la libertad de expresión frente a otras.
Cuando Ser o no ser se estrena en 1942, EEUU ha entrado en la guerra y el público no recibe bien la película. Al propio Lubitsch le duele que su obra, que pretende atender a la realidad europea desde una perspectiva un tanto desenfadada, no llegue a ser entendida por el público. La crítica incluso en su momento la recibe con recelo. Ha habido que esperar mucho tiempo para que se le devuelva el lugar al que pertenece y merece. Para muchos es de las mejores películas de la historia del cine, por su audacia y la acidez de su guión, es una obra muy valiente.
Es destacable que estas películas norteamericanas en estos años se ruedan constantemente en interiores de plató. En Europa se va por otro camino, es uno de los aspectos a destacar. En EEUU se muestra una teatralidad que carece de naturalidad, en cambio, en Europa se experimenta con el exterior, cambio que llega a EEUU años después. En América hay un control absoluto de los estudios, en cuanto a la creación de obras de cine. Los directores son quienes controlan todo. Es una industria que funciona a la perfección. Por eso United Artist es una salida de emergencia para intérpretes que quieren hacer cosas suyas.
