¿Qué harías por conseguir un puesto de trabajo en una gran empresa? ¿Dónde está el límite en las entrevistas de trabajo, y procesos de selección?
Conseguir un buen trabajo es difícil, y más en los tiempos que vivimos, con tanta competencia. Un problema parecido es el que se tienen las empresas, ante tantos candidatos muy capacitados, a la hora de elegir a la persona adecuada para cubrir un puesto concreto.
Basándose en estas premisas tenemos la película dramática hispano-argentina: «El método» (2005), inspirada en la obra de teatro «El método Grönholm«. Dirigida por Marcelo Piñeyro (conocido también por «Plata Quemada», 2000) y con la presencia en el reparto de Ernesto Alterio, Eduard Fernández, Adriana Ozores, Pablo Echarri, Eduardo Noriega, Najwa Nimri, Carmelo Gómez y Natalia Verbeke.
La película nos sitúa en el día en que varias personas van a formar parte de un proceso de selección grupal para un puesto de responsabilidad en una empresa. Desde la primera prueba a la que son sometidos, los candidatos se dan cuenta que el proceso no será tan cómodo ni típico como pudieran pensar en un principio. A medida que van pasando las fases del mismo, los protagonistas tienen que demostrar que cuentan con las mejores capacidades para el puesto que los demás aspirantes, obviamente, pero además que no se pueden permitir un mínimo de inseguridad en sí mismos.
Lo primero que podemos destacar es el decorado y la iluminación del lugar. Ambas nos trasmite la sensación de seriedad e importancia de la empresa en la que se encuentran, y sobre el cargo al que optan los candidatos. Pero a la vez, hace que el espectador pueda sentir la misma tensión que se respira en el ambiente, como la que experimentan los protagonistas.
Otro punto reseñable, que también consigue transmitir dicha tensión, es la elección del reparto. Podemos ver que todos los actores y actrices hacen un buen trabajo en sus respectivos papeles. Consiguen aglutinar los distintos cambios de sentimiento, que son consecuencias de las distintas pruebas a las que se ven sometidos, con el objetivo de alcanzar el puesto en juego. Prueba de esto, lo podemos constatar por el Premio Goya a la Mejor interpretación masculina de reparto para Carmelo Gómez. Además de otras nominaciones en los mismos premios Goya, y en otros premios, para los actores, siendo ganados en alguno de los casos. Por lo que los profesionales del sector supieron valorar todo el esfuerzo que se realizó.
Aún con todo lo expresado con anterioridad, se puede encontrar algo que no termina de encajar dentro del guión. Nos referimos a la parte final de la historia, que podría haberse realizado con una transición más prolongada, y no de una manera tan precipitada como se hizo. En cualquier modo, cabe mencionar que la película ganó el Premio Goya al Mejor guión adaptado.
