En el cine, la historia se convirtió en una fuerza importante, igual que pasó antes de que existiera el cine. Según nos cuenta Marc Ferro en el libro El cine, una visión de la Historia, la imagen cinematográfica carecía de legitimidad en sus inicios y lejos de tenerla, ya que las clases dirigentes consideraban que proporcionaba “espectáculos para idiotas”. A diferencia de la élite artística pensaba que la máquina que la creaba sólo podía reproducir obras de teatro (como lo representa Pathé en su primer cartel). A diferencia de las grandes artes (pintura, escultura y arquitectura), el cine no era un arte, ya que era incapaz de deformar la realidad.
Por lo cual, el estreno de la primera película llegó a ser un gran acontecimiento en la historia del cine. En el caso de grandes cineastas como Buñuel, Fritz Lang o René Clair, no lo han convertido en un primer momento en su religión, sino que era un proyecto de búsqueda. Constituyen una vanguardia que no deja a las iglesias, partidos políticos o ideologías dominantes ejercer un monopolio sobre el análisis de las sociedades. Es cierto que en el cine, la historia se reproduce muy a menudo con corrientes dominantes, según sea su productor o ideologías totalitarias, que sirven como medio propagandístico y medio de difusión para mostrar su poder.
Su legitimación por lo tanto se hizo por etapas. La primera procede de la URSS, donde los nuevos dirigentes comunistas, no le pedían al cine que fuera arte, sino que al menos, sirviera para educar. Las obras que vinieron después de esta teoría, revolucionaron el mundo del cine, creándose así el séptimo arte. Personajes como Fritz Lang, rompieron con el espacio y tiempo, deformando así la imagen.Esta legitimización se reforzó cuando, con el cine sonoro, los escritores realizaron los diálogos de películas, después entró también el juego de la danza. Tras los pasos de Cocteau, creyendo que en el futuro, el cine sería un medio de expresión.
De esta forma, la historia siempre formará parte del cine y de otros medios, siendo en muchas ocasiones la base de su creación. Por lo que no tiene que seguir fielmente la realidad, sino que nos pueden mezclar hechos reales y ficticios, creando leyendas y envolviéndonos en un estado de incertidumbre,de sí fue así realmente o no. Llevándonos a reflexionar sobre el pasado, presente y futuro del ámbito cinematográfico.
