No cabe ninguna duda de que todo director de cine, desde los más famosos como Steven Spielberg o James Cameron, hasta los que menos, en algún momento de su carrera han tenido que realizar cortometrajes. Puede que para que alguna productora confiara en ellos, primero quisiera verles manejándose con lo básico y esencial para hacer una película: una cámara de no demasiada calidad, un buen guión (a poder ser escrito por ellos mismos), un elenco sin ninguna cara conocida (seguramente amateur) y un equipo humano bastante escaso… todo ello para ver cómo se las arreglan y cómo les queda la cinta.
En las escuelas de cine tienen claro que el objetivo de todo director es el de realizar un largometraje, pero para ello pareceque se ha de aprender mediante cortos para curtirse en el mundillo. Un cortometraje en cine vendría a ser lo que en literatura sería un relato, no más de dos o tres páginas (5 minutos a lo sumo). Pero el problema es que en el cine el cortometraje está mucho más infravalorado que el relato en literatura. Mientras que en literatura, grandes autores pueden hacer sin problemas un buen relato, en cine los grandes directores no realizan ningún cortometraje. pues es considerado el paso previo de enseñanza antes de realizar un largo.
Pese a estar discriminado por muchos de los grandes directores, críticos, guionistas…, también hay algunos de ellos que han hecho un metraje de estas características como bien puede ser Alejandro Amenábar, con su corto Vale, realizado para una conocida empresa cervecera española, y protagonizado por el actor de varias películas de cierta fama como La gran familia española o la reciente Anacleto: agente secreto, Quim Gutiérrez y la protagonista de 50 Sombras de Grey, Dakota Johnson. También grandes estudios como Pixar, han decidido apostar por hacer cortometrajes, cierto es que el cliente no va al cine a ver el cortometraje, sino al largometraje que le acompaña.
Mientras el cortometraje, especialmente el de bajo presupuesto, o como lo llaman ahora «lowcost», siga siendo considerado como un paso de aprendizaje para poder realizar un largometraje, nunca veremos uno en una sala de cine comercial y nos tendremos que seguir ojeando las guías de los festivales de cine para poder ver un buen cortometraje en la gran pantalla y poder degustar a los que, probablemente, dirijan los largos del mañana.
