Charles Chaplin y su obra El gran dictador

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CONTEXTO HISTÓRICO

Continuando con otro gran director, actor y guionista de la comedia clásica, cabe destacar Charles Chaplin. Su hábil capacidad de representar con una sonrisa argumentos terribles, tdescargaeniendo la capacidad de hacer comedia de algo dramático, lo cual destaca en esta obra. Una de sus películas es el «El gran dictador», siendo uno de los grandes ejemplos de comedia,  que se da en el cine durante la II Guerra Mundial. Obra inaudita para su tiempo, ya que su contenido se basa en parodiar a Hitler. Marca un antes y un después en la trayectoria de Chaplin, debido a que se oye por primera vez su voz. Posteriormente, EEUU le acusa de comunista, teniendo que emigrar por ser considerado enemigo de la libertad.

El productor Alexander Korda, realiza grandes paralelismos entre la imagen de Hitler y la imagen que crea Chaplin, Charlotte. Ambos tienen un parecido físico y además, concurren otra serie de circunstancias entre ambos, como: nacer en el mismo año, mismo mes y semana, misma edad, altura y complexión, elementos que añaden realismo a dicho paralelismo.

Chaplin no sabe hablar alemán, pero sabe imitar cualquier idioma a la perfección y dando un toque cómico a su obra. El atrevimiento de parodiar a un personaje como Hitler, es algo muy difícil, ya que puede afectar a los intereses geopolíticos mundiales. Chaplin ha cosechado un gran éxito hasta la fecha, tras su película Tiempos modernos. Por lo que se encuentra en un momento profesional muy bueno, de hecho, gran parte del capital es aportado por él mismo, por eso es una obra tan propia y personal. Parte del filme está rodado en sus estudios de Hollywood, teniendo capacidad económica, prestigio y libertad.

Chaplin funda United Artist, una productora-distribuidora que fue formada por algunos artistas de la época, con el deseo de competir con las grandes productoras que hay en el momento. Este respaldo le permite un gran apoyo, cuando «El gran dictador» comienza a tener problemas por su temática, llegando incluso a ser amenazado. Chaplin inicia así la pre-producción de la película, conociendo la amenaza de Hitler y todo lo que ello conlleva. Conoce perfectamente sus discursos, sus gestos, su entorno… todo, para crear una imitación fiel del personaje. En el momento en que inicia esa pre-producción, EEUU no ha entrado en la guerra y el clima es muy diferente. Cuando el país entra en la contienda, se le amenaza con no estrenar su película, pero Chaplin llega a apostar personalmente por el proyecto, llegando a firmar la compra de los cines donde se iba a proyectar.

EL GRAN DICTADOR

En esta película Chaplin interpreta a un barbero judío y a Hitler, valiéndose de paralelos en los que no llega a mencionar nunca a ningún personaje real. Juega con esa suerte de paralelismos, con el discurso de Hitler para no crear problemas con la distribuidora de la película, que ya había recibido amenazas por ello. Tanto el barbero como Hitler, tienen el mismo aspecto, uno hace de perseguido y otro de perseguidor, pero la habilidad de Chaplin hace que al final ambos se fundan.

Ridiculiza los argumentos del nazismo, incluyendo el discurso conmovedor del final. La decoración de la película, destaca por representar tal y como era el despacho de Hitler, tomando referencias de fotografías reales de la época (incluyendo el globo terráqueo, que en una de las escenas  se convierte en un globo hinchable). A diferencia de la figura del barbero judío, que se convierte en una imagen paralela a Charlotte. Relativiza dentro del drama el retrato de la situación que se está viniendo, aun así, Chaplin no llega a saber realmente lo que está pasando en Europa de verdad.

Pese a las amenazas, la cinta finalmente se concluye y se estrena en Nueva York con el aplauso de la crítica, pero con grandes problemas de distribución. En Europa no se estrena en varios países. En el caso de España, hasta los años 70 con la muerte de Franco, no se llega a proyectar. Durante el periodo franquista, la proyección de esta película fue de forma ilegal, llegando incluso a atacar  en los cineclubs que lo propagasen. En Italia también se proyecta más tarde, debido al fascismo de Mussolini. A diferencia de ambos, Hitler como aficionado al cine, llega a ver la película de Chaplin.

En el discurso final, muestra a un personaje real, es él mismo, Charlie Chaplin, enfrentándose a la cámara. Muestra sus ideologías a favor del ser humano, por encima de cualquier planteamiento político. Es un discurso impactante en el que se declara como personaje revolucionario, con un mensaje concluyente para su obra.

En la obra Tiempos modernos, ya critica las estructuras de la sociedad capitalista, pero aquí va más lejos, exhibiendo los absurdos de la sociedad en la que vive. Es un mensaje muy agresivo para la sociedad estadounidense en la que vive. El discurso tiene éxito, incluso es requerido por algunos programas de radio para leerse.

Desde el punto de vista formal, realiza una crítica muy audaz, ya que el lenguaje cinematográfico clásico asume que para mantener el hechizo del espectador, éste nunca ha de sentirse vulnerado ni descubierto. Por eso, una de las premisas fundamentales del cine clásico, es que el actor no debe mirar a cámara, porque implica desvelar parte del artificio. En cambio, Chaplin vulnera esta frontera apelando al espectador, es un intérprete que mira a cámara, descubriendo así al espectador y rompiendo con el hechizo. Elimina el carácter de voyeur del público, desgarrando la cuarta pared para interactuar con el espectador.

Escena final de El gran dictador

Esto lo desarrollará más tarde Bertolt Brecht a través del teatro, creando una obra de reflexión en el público, apelando a un espectador que deja de ser pasivo y burgués. Al cine llega en los años 60, a pesar de que Chaplin comienza tímidamente a emprender la idea en los años 40.

Tras esta película, se le acusa de antiamericano, judío, comunista… Tiempo después de la caída del nazismo, Chaplin es un hombre repudiado y vinculado con el comunismo por parte de EEUU. Llega a ser tan asfixiante la persecución que recibe, pasando de ser una de las grandes figuras del cine, a la más repudiada e indeseada del mismo.

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Estefanía Juárez

Estudiante de Historia del Arte y Gestión y Dirección de Industrias Culturales, apasionada de todas las artes y en especial del cine y la pintura. Las cuales, nos enseñan una nueva forma de ver la realidad.

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