Will Smith regresa a la gran pantalla con un thriller dramático basado en hechos reales dirigido por Peter Ladesman, quien además, ha escrito el guión. La cinta cuenta también con la participación de Alec Baldwin (Siempre Alice), Luke Wilson (Aquellas juergas universitarias) o Albert Brooks (Drive).
Todo comienza en el año 2002, cuando Mike Webster, uno de los jugadores de fútbol americano más reconocidos del país muere súbitamente y de forma repentina. A partir de aquí, Bennet Omalu, un doctor neuropatólogo forense, inicia una serie de investigaciones sobre este caso. En principio, en la autopsia del jugador fallecido todo aparentaba ser normal hasta que Omalu, haciendo un análisis más profundo, se da cuenta de que Webster sufría demencia pugilística; proporcionada por golpes en la cabeza, algo común entre boxeadores. Es en este momento en el que Omalu es consciente de los daños fatales y crónicos que los jugadores de fútbol americano pueden llegar a desarrollar en el cerebro. La película nos narra el proceso de descubrimiento del doctor y su lucha por hacer pública esta averiguación, al igual que los cambios que se hicieron para proteger a todos aquellos que juegan y jugarán en el futuro en este deporte.
Tanto el personaje como la historia eran muy potentes y, de alguna manera, era predecible que Smith aspirara al Óscar por esta interpretación. Pero, sin embargo, no se ha merecido el reconocimiento de los críticos quienes han obviado su actuación a pesar de que muchos la consideran la mejor de su carrera. Todo esto, envuelto en la polémica sobre la ausencia de artistas negros en las principales categorías de los Premios Oscar con la queja de múltiples actores afroamericanos estadounidenses, entre ellos, el propio Will Smith que en forma de protesta, ha decidido no acudir a la gala el próximo 28 de febrero.
Pero, ¿realmente ha exagerado Smith o de verdad se merecía esa nominación? Podremos descubrirlo nosotros mismos en el cine el próximo 12 de febrero.
