Diario del Cineasta

Amy, el mazazo a la conciencia

Amy, sólo Amy, sin su famoso apellido. Amy a secas es lo que podemos ver en este documental. Es tan impactante lo que nos cuenta esta película que no merece la pena criticarla desde un punto de vista cinematográfico, para algunos nada brillante.

Desde el principio nos hacen mirar a los ojos de esa chica con una increíble voz. No se parece al recuerdo que tenemos de ella. Y de eso va esta película, de romper esa imagen que entre todos creamos de Amy Winehouse, para conocer y entender a la joven británica Amy.

Si algo nos queda claro a medida que pasan los minutos es que Amy tenía la voz más increíble que se podía oír desde Ella Fitzgerald. A la vez nos hacen cuestionarnos porqué dejamos que le pasara eso, porqué dejamos que muriera o porqué la matamos entre todos.

Vemos, paso a paso, su vida y su ascenso a la gloria musical, desde su adolescencia a su muerte. Nos enseñan la decadencia de la cantante, su decadencia como personaje. Sin embargo sus letras, su música, seguían ahí diciéndonos que no la podíamos perder.

No es cuestión de acusar directamente a alguien, aunque la vena amarillista del documental nos hace señalar con el dedo a su novio/marido y a su padre. Al fin y al cabo es una película de Universal, no podemos olvidarnos de este detalle. La intención es, claramente, que culpemos a lo que le rodeaba, pero culparnos a nosotros mismos como colectivo es una lectura mucho más cerca de la realidad.

Al ver la película hay dos frases que no se te borrarán. La primera es cuando le preguntan «¿Qué pasaría si te hicieras famosa?», y ella contestó «Me volvería loca». Y la segunda es cuando al ganar el Grammy a mejor artista femenina frente a Beyoncé y Rihanna, le dice a una amiga «Esto es un rollo sin drogas».

Amy había conseguido llegar a lo más alto, ganaba 1.000.000 de dólares en cada concierto, tenía todo lo que quería menos la libertad. Esta artista necesitaba estar en libertad, y la única vía eran las drogas y el alcohol. Tanto es así que, en el famoso concierto en el que todo el mundo vio a Amy subir al escenario fuera de sí, fue la única manera que tenía de que cancelaran esa gira que no quería hacer.

A los pocos días murió, o se suicidó, o la mataron… podría describirse de tantas maneras. Este documental biográfico hace que te reconcilies con el individuo, con esa Amy desmadrada de la que todos hablábamos con desprecio, y que te enfrentes al colectivo, a la prensa, a su familia y a todos nosotros.

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